FAQ

Dudas que pueden surgir al llevar a cabo métodos cooperativos:

1. ¿Cuál es nuestro papel si los alumnos lo hacen todo?

Frente a estas metodologías el papel tradicional del profesor cambia de transmisor de conocimientos a guía del aprendizaje de los alumnos. Se convierte en el mediador entre el conocimiento y el alumno. No sólo se encarga de planificar la actividad, sino de mirar que los distintos grupos y el procedimiento empleado va a favor del aprendizaje de todos los alumnos. Durante el desarrollo de la actividad se irá pasando por los distintos grupos anotando observaciones del proceso que están haciendo los distintos grupos y alumnos individualmente. De esta manera puede ver, a su vez, cómo piensan y aprenden cada uno de los alumnos.

A partir de los métodos cooperativos, los profesores podrán dar un apoyo individual, llegarán a observar a todos los alumnos, y podrán ayudarlos más. Verán así, que pueden hacer una serie de cuestiones que no se llegar a realizar cuando gestionan el aula de manera tradicional. De esta manera, podrán vivir su profesión de buen grado y se sentirán satisfechos porque pueden dar una ayuda ajustada a las necesidades de cada uno de sus alumnos.

2. ¿Los alumnos más capaces, que ayudan a sus compañeros, seguro que aprenderán?

Los dos alumnos tienen un objetivo común y se necesitan el uno al otro para aprender aunque haya una relación asimétrica, en la cual, uno hace de tutor y otro de tutorado. El propio tutor aprende más profundamente los contenidos y no quiere decir que porque sea un alumno “aventajado” tiene que ayudar al otro que va más “atrasado”. Para que el alumno tutor no sienta que sólo está ayudando a un compañero, los profesores tienen que hacerles notar que aprenden para que tengan consciencia de su aprendizaje.

Además de aprender más profundamente los contenidos, aprenden habilidades sociales y de resolución de problemas, fomenta su autoestima, aprenden el valor de cooperar y ayudar al otro…

3. ¿Cómo hacer para que mis alumnos trabajen en equipo?

Muchas veces tendemos a confundir los conceptos “grupo” y “equipo”, ya que, pensamos que trabajamos en equipo cuando siempre hay alguien que es un polizón (no hace nada en el grupo) o un free raider (no quiere delegar funciones y quiere encargarse de todo el trabajo del grupo). En estas situaciones trabajamos en grupo para conseguir un objetivo común. En cambio, sí que podemos decir que trabajamos en equipo cuando todos los miembros cooperamos y colaboramos y cada uno hace una tarea imprescindible para conseguir el objetivo común. Por este motivo, existiría una interdependencia positiva, ya que, los éxitos y los fracasos de cada miembro del equipo repercutirían en todos los otros miembros.

Así que, aplicando los métodos cooperativos en los cuales se distribuyen los roles de cada uno de los miembros del grupo hace que los individuos tengan una responsabilidad frente a sus compañeros, ya que, si no aportan su parte, el trabajo quedará inconcluso. En la tutoría entre iguales también hay una gran responsabilidad en los alumnos porque asumen que tienen un compromiso con su compañero que forma la pareja.

4. ¿Si tengo alumnos con necesidades educativas especiales hago que formen parte de los grupos?

Efectivamente sí. El hecho de incorporar a los alumnos con NEE fomenta el conocimiento de las diferencias individuales, los alumnos que estén en su grupo se darán cuenta de que aprende igual que ellos. Por ejemplo, en una metodología de puzzle, haría que el alumno con NEE se sintiera con una mayor autoestima al darse cuenta de que puede ser útil y ser experto en algo que sus compañeros no lo son. Por lo tanto, le atribuye una responsabilidad que hace que se esfuerce más a la hora de aprender lo que tiene que transferir a sus compañeros. A su vez, el profesor podrá darle ayudas individuales para preparar su tema y dentro del grupo de expertos también le darán ayudas para que pueda ejercer su papel.

Los métodos cooperativos pueden ser un buen instrumento para la atención a la diversidad. De esta manera, se utilizan las diferencias de los alumnos para fomentar la inclusión en el aula haciendo que los alumnos se conozcan mejor, y prevenir así los prejuicios, ya que, todos los alumnos son diferentes y a partir de esto se promociona la capacidad mediadora del alumno para aprender enseñando. En este sentido, los alumnos tienen ventajas para llegar a la zona de desarrollo próximo de su compañero, ya que, tienen un mismo marco al haber compartido experiencias, se identifican el uno con el otro, son más directos… El profesor puede aprovechar esto mediante esta metodología hacer que sus alumnos aprendan.

5. ¿Mis alumnos no aprovecharán el tiempo de trabajo en grupo para charlar? ¿No tendré problemas de disciplina?

Como hemos dicho antes, es verdad que a la hora de poner en marcha los métodos cooperativos hay más ruido en la clase, pero eso no quiere decir que no haya aprendizaje porque necesitan hablar, discutir, debatir y negociar significados para construir entre los participantes lo que les piden en la tarea. Porque haya silencio no quiere decir que haya aprendizaje, por lo que, el ruido que hacen no se le tiene que atribuir a que están de charla, sino a que están aprendiendo.

6. ¿Si la sociedad es competitiva para qué prepararles en la cooperación?

A partir de las metodologías cooperativas no sólo aprenden las competencias básicas de la asignatura, sino que también aprenden propiamente a cooperar y a trabajar en equipo. Éstos son los valores que en la sociedad deberían imperar, y por ello, la escuela hace su valiosa aportación enseñándolo a sus alumnos, para que cuando salgan a una sociedad de apariencia competitiva, sepan que la cooperación es una manera de combatirla.

Además, podemos decir que los equipos que son más competitivos en el ámbito laboral, lo son porque trabajan internamente de manera cooperativa.

7. ¿Cómo agrupo a mis alumnos?

Para que hayan oportunidades de interacción que permitan dinámicas interpersonales de ayuda, asistencia, apoyo, ánimos y refuerzo entre los miembros del grupo, los grupos para emplear la metodología cooperativa serían de 2 -4 miembros (Monereo y Duran, 2002).

Cuando realizamos grupos en este tipo de metodologías hemos de tener claro cuál es nuestro objetivo de enseñanza y aprendizaje, qué queremos conseguir con nuestra actividad. Según éste formaremos los grupos. Para estos tipos de metodologías se suelen emplear grupos heterogeneos. Tenemos que decidir en qué los queremos diferentes. Por ello, primero de todo deberemos conocer a nuestros alumnos, o hacer algún tipo de evaluación inicial para poder clasificar y balancear los grupos según si cada uno de los alumnos se ajusta o no al objetivo que nos planteamos.

Un ejemplo sería:

Podemos tener el objetivo de aprender sobre las energías renovables, pero también que se fomenten las relaciones entre los compañeros. Por lo que un criterio sería no establecer los grupos con las mismas personas con las que siempre trabajan los alumnos.

8. ¿Qué hago cuando alguna persona falta a clase?

En trabajos en grupo se puede fomentar la comunicación entre los miembros y transferir la información al alumno que ha faltado de lo que han hecho en la sesión. Y si éste tiene que entregar o es importante su tarea que pueda facilitarla antes de la sesión en grupo.

Para tutoría entre iguales, se intentarían hacer tríos en los cuales haya un tutor y dos tutorados.

***

Referencias bibliográficas:

Monereo, C. y Duran, D (2002). Entramados. Barcelona: Edebé.